Se trata de una clara muestra del éxito de los Ruiz Florindo en las localidades cercanas de esta comarca de la campiña sevillana. En ella se manifiesta la libertad en el uso del entablamento como un elemento dinámico, identificando el orden con el ornato a través de la ruptura en ángulo de su trazado. Parece como una versión menos lograda y elegante del empleo de esta parte del orden clásico que vemos en la casa de c/ Fernando Llera, de Fuentes. Destaca también la variedad de elementos sustentantes utilizados, con un plano inicial con aparente almohadillado, y dobles soportes, uno de pilastra lisa y otro de un sintético estípite con una flor tallada en la mitad de su fuste. La casa debió construirse en torno a 1785, cuando el hidalgo Gil de Gibaja, propietario del edificio, obtiene el privilegio de usar el escudo de sus armas sobre sus bienes.