Renovada entre 1752-1758 , en esta obra trabajaron Alonso Ruiz Florindo y Cristóbal Ruiz Florindo.
Se trataba de una ermita sede de la hermandad del Cristo de la Humildad, que era mantenida bajo el patronazgo de los señores de Fuentes. Durante la primera mitad del siglo XVIII fue reparada por los maestros de obras Andrés Martín Chaparro y Juan Ruiz Florindo. Pero es desde 1751 cuando se procede a la edificación de un nuevo templo, bajo la dirección de Alonso Ruiz ayudado ocasionalmente por su hermano Cristóbal. Para 1758 se habían concluido las operaciones principales para su edificación. Se levantó un templo de tres naves, cubierto con cúpula en el crucero y bóvedas de cañón. De la fábrica anterior se conserva el camarín del Cristo de Humildad. El alzado interior de la nave central desarrolla un orden jónico de friso cajeado, y yeserías en la cubierta, adornando fajas de la nave, claraboyas, pechinas y nervios de la cúpula. Se trata de adornos de yeso con anchos perfiles, combinando perfiles mixtilíneos con roleos vegetales muy sintéticos. Los laterales exteriores del edificio se componen bajo su cornisa con un aparente orden dórico con flores en las metopas soportados por estípites formados por pinjantes invertidos. La portada se enmarca entre sencillas pilastras de un orden dórico gigante. Desarrolla el habitual esquema de cuerpo único y ático, adornado con pilastras jónicas avitoladas de sencilla composición y frontón curvo, que contrasta con la exuberancia decorativa de la parte superior, con estípites sobre planos reiterados de pilastras como soporte que se corresponden con los que forman el entablamento y sus remates.