El gobierno ilustrado de Carlos III, a través de su ministro Campomanes y teniendo como superintendente a Pablo de Olavide, patrocinó el proceso de repoblación del territorio anexo al camino real de Andalucía hacia Madrid. Desde 1768, y en consonancia con la formación de Nuevas poblaciones en Sierra Morena, se inició la creación de nuevos poblados y aldeas en el territorio de la casi desierta campiña entre Carmona y Écija. El reparto de suertes y las trazas de los diversos núcleos urbanos sería encargado a diferentes ingenieros, muchos de ellos cesados en agosto de 1770.Para la continuación de sus labores se nombraron diferentes maestros de obras de la comarca. Sería este el caso de Alonso Ruiz Florindo, quien aparece en la documentación como director de la Nueva Población de La Luisiana desde 1771.No conocemos los detalles de su encargo, pero sin duda debió tener responsabilidades sobre el diseño de los principales edificios del núcleo urbano, donde destaca la llamada Casa de Postas y la iglesia parroquial. Se trata del edificio civil más importante de La Luisiana, su estructura y fachada son de finales del siglo XVIII y representan el mayor ejemplo del estilo Barroco culto de la colonia. Su factura es atribuida a Alonso Ruiz Florindo.
Las casas de postas tuvieron gran importancia para comunicar a la sociedad. Durante los siglos XVI y XVII España disponía de un servicio de postas bien establecido. Aunque era ya servicio público, era fundamentalmente utilizado por los reyes y funcionarios reales, ya que por su carestía, quedaba reservado a pocas personas.